El silencio lo dice todo…
Miran entra y los ve. Azat y Elif. Juntos. Demasiado cerca. Demasiado íntimos.
Y en ese instante, el mundo de Miran se tambalea. El pasado, los celos, el miedo a perder el control… todo vuelve a explotar dentro de él. Su mirada se clava como una daga en Azat, mientras Elif se queda paralizada, sin palabras.
“Elif… ¿qué está pasando aquí?”
Azat, sereno pero desafiante, no baja la mirada. Sabe que este momento iba a llegar, pero no estaba preparado para la furia contenida de Miran.
🔥 ¿CELOS O PROTECCIÓN?
¿Es solo celos lo que siente Miran… o un instinto de proteger a Elif, como una hermana que ha sufrido demasiado?
¿O tal vez teme que Azat se acerque a Elif por venganza?
Las intenciones se confunden. Las emociones también.
Lo que está claro es que esta escena marca un antes y un después.
Elif, atrapada entre dos hombres, empieza a darse cuenta de que su libertad siempre ha estado en manos ajenas. Pero esta vez… decidirá por sí misma.
👀 ¿QUÉ PASARÁ AHORA?
Miran se va, pero no sin antes lanzar una advertencia que hiela la sangre.
“No te atrevas a lastimarla, Azat. Porque no tendré piedad.”
Y Azat solo responde con una frase firme:
“Yo no soy tú, Miran.”
La tensión entre ellos alcanza un nuevo punto de quiebre, y Elif… podría ser la chispa de una nueva guerra o la llave para una inesperada paz.