¡Hola a todos, promisers y clippers! Espero que estéis genial, que hayáis podido desconectar este fin de semana y que arranquéis esta semana —la última de julio y la primera de agosto— con fuerza. En mi caso, ya estoy contando los días para las vacaciones, que las necesito como el comer, porque estoy realmente agotado. Madrugar cada día a las 4:45 de la mañana pasa factura, aunque seguro que alguno de vosotros también conoce ese sacrificio.
He pensado que esta semana, la última antes de mi merecido descanso (al menos de Valle Salvaje, que ya sabéis que por aquí seguirán los vídeos), podríamos hablar de algo especial: el final que yo imagino para Lorenzo. No es que crea que sea el final real que le vayan a dar en la serie, más que nada porque incluye la vuelta de un par de personajes y algún decorado nuevo, pero es mi versión favorita. Igual coincidís conmigo, pero si no es así, ya sabéis que podéis compartir vuestras ideas en los comentarios.
Aclaro desde ya que no creo que Lorenzo esté cerca de su final en La Promesa. Más bien, creo que seguirá durante mucho tiempo, siempre que el actor quiera continuar. Me encanta su personaje, es de los más entretenidos y, desde que Cruz desapareció, ha tomado el rol de principal agitador en la zona noble. Incluso podría decirse que ahora es el gran villano de la serie, a pesar de que Leocadia siga ahí.
Sí, Lorenzo es cruel, odioso y tiene muchas sombras, sobre todo con Curro, a quien maltrata sin piedad. Pero precisamente por eso es tan interesante de ver. Aporta mucho al drama y al salseo, así que yo quiero que se quede. No obstante, hoy vamos a jugar un poco e imaginar un final para él.
Pero antes, ya sabéis que soy vuestro Juan, vuestros Cienfuegos, siempre acompañado del ruido de las cotorras y las chicharras en pleno verano. Os animo a dejar vuestro me gusta, suscribiros si aún no lo habéis hecho, y no olvidéis que tenéis disponible mi novela Postbellum en Amazon. Es un thriller apasionante ambientado en la España de los años 20, y si ya lo habéis leído y os ha gustado, os agradecería mucho una reseña con cinco estrellitas y unas palabras.
Y ahora sí, vayamos al grano: mi final soñado para Lorenzo.
Todo comienza cuando se empiezan a destapar los muchos crímenes del capitán. Para empezar, los desfalcos que ha cometido dentro del ejército, que ya sospechaba el Barón de Linaja y luego confirmó el Conde de Ayala. Pero eso no es todo: Lorenzo también está implicado en un negocio turbio de tráfico de armas, vinculado con la Gran Guerra en Europa. Pelayo y su socio Jerónimo lo incluyeron en este negocio cuando aún vivían, pero tras su desaparición, Lorenzo se alió con nuevos socios: el Duque de Carril y el Marqués de Andújar.
El Duque ya insinuó este tráfico hace tiempo en una conversación con Manuel, cuando dijo que la guerra le estaba reportando grandes beneficios. Estos tres sinvergüenzas han seguido adelante, utilizando negocios de fachada, como aquel de las mermeladas. Recordad que Lorenzo ya se apropió indebidamente del dinero destinado a la producción, usaba fruta en mal estado y encima se lucraba vendiendo esas mermeladas podridas a los ejércitos del frente, provocando enfermedades en los soldados.
A todo esto se le suman los crímenes ya conocidos: intentos de asesinato (como el de Feliciano), la famosa cacería, y el maltrato constante a Curro y Eugenia. Es un historial criminal importante.
Con todas estas pruebas en su contra, Lorenzo finalmente es arrestado y llevado ante un tribunal militar. Allí le quitan sus medallas, el rango de capitán y su título nobiliario. Se convierte en un civil más, sin poder, sin honores. Para alguien como él, esto ya sería un golpe devastador. Pero no termina ahí.
La escena final que imagino lo muestra en prisión, completamente desmejorado: sin afeitar, despeinado, con uniforme de reo. Lo vemos en el patio, reflexionando sobre su vida y sus acciones pasadas. Aparecen flashbacks de sus peores momentos, especialmente con Curro y Eugenia. Y entonces ocurre algo inesperado: se encuentra con Pelayo, también encarcelado. Ambos, ahora sin sus títulos y arruinados, tienen un cruce tenso y sincero.
Pero la guinda del pastel llega cuando Lorenzo se acerca a una verja que separa la zona masculina de la femenina en la prisión… y al otro lado está Cruz. También en prisión, envejecida, derrotada, pero transformada. Ambos se miran a través de los barrotes. Cruz, a pesar de estar allí por un crimen que no cometió, ha encontrado cierta paz y lucidez. Le da una lección a Lorenzo, le dice que en la cárcel se aprende a las buenas o a las malas, y que el orgullo es otra forma de condena.
Lorenzo, aún arrogante, intenta despreciarla diciéndole que está loca igual que su hermana Eugenia. Cruz responde con serenidad, diciendo que ojalá hubiera acabado antes en un manicomio, porque así no habría estado tan sola. Añade que Lorenzo pronto sabrá lo que es vivir sin nadie, igual que ella lo ha hecho.
Cruz se marcha, y dejamos a Lorenzo solo, en silencio. Un hombre vencido, olvidado por todos. Ni sus enemigos ni sus antiguos aliados quieren saber nada más de él. Un final solitario, triste y perfectamente acorde a lo que ha sembrado.
Ese es el destino que imagino para el capitán Lorenzo de la Mata. ¿Qué os parece? ¿Compartís mi visión o tenéis otras ideas? Me encantará leeros en los comentarios. Dejad vuestro like si os ha gustado este ejercicio de imaginación, y suscribíos para no perderos lo que viene. Y no olvidéis echarle un ojo a Postbellum si os gustan las historias de época con personajes intensos y mucha pasión. ¡Hasta el próximo vídeo!