LA PROMESSA: UNA VERITA’ CLAMOROSA SCONVOLGE LA TENUTA:”SONO TUA SORELLA MANUEL..”

 


⚡ La promessa anticipazioni: un trueno anuncia la tormenta

Un trueno lejano rompe el silencio de La Promesa. Los cascos de una carreta resuenan sobre el empedrado húmedo mientras nubes oscuras se acumulan sobre las torres del palacio. Los guardias sienten un escalofrío recorrer la espalda al escuchar un nombre que resuena entre los arcos: Cruz. Pero no es la misma que creían conocer. Su rostro velado y la mirada cargada de secretos anuncian un regreso que despierta sospechas y miedos.

Lorenzo aprieta los puños hasta lastimarse. Susurros de venganza se mezclan con lágrimas de terror. Cada paso de Cruz promete juicio y cada alianza temblará. ¿Sobrevivirá alguien a su regreso? Ha vuelto para ajustar cuentas… y lo hará a su manera. Tras un simple retrato se esconde un secreto devastador que no todos podrán soportar. Una caja misteriosa, un nombre pronunciado con fría determinación y un plan ejecutado silenciosamente bajo la mirada de todos, anuncian que nada será igual. ¿Qué oculta realmente el retrato? ¿Y por qué se convocó con urgencia al sargento Burdina? ¿Justicia o venganza? Solo hay una certeza: el palacio cambiará para siempre.

En la entrada principal, Alonso se mantiene erguido, la mano firme sobre el bastón, con la mirada perdida entre gratitud y duda. No sabe si sonreír o reprochar. Cruz baja de la carreta vestida de negro, con la majestuosidad de una gran marquesa, pero marcada por el dolor de años ausentes. Su pie toca el suelo con determinación, y su mirada se dirige hacia la fachada del palacio. Nostalgia, orgullo y dolor se mezclan en su rostro. Esa casa fue suya, pero ahora la contempla con frialdad.

La Promessa anticipazioni 24 Luglio: Manuel scopre la verità su Abel e Jana  e il tradimento di Jimena

Alonso la recibe con voz calmada, casi distante, indeciso entre aceptarla o rechazarla. Sus miradas se cruzan en un silencioso diálogo hasta que se abren las puertas internas y aparece Manuel. Sus ojos reflejan cansancio y heridas, recuerdos de noches de luto y de ira contenida. Por un instante, Cruz deja de lado la compostura y le dirige una sonrisa frágil, un destello de esperanza.

—Hijo mío —dice, avanzando y extendiendo la mano como en busca de un recuerdo.

Pero Manuel permanece inmóvil, el rostro tenso.

—No me llames así —responde con voz áspera y cortante.

Cruz queda suspendida, la mano en el aire, dudando si retirarla o insistir.

—Sé que estás enfadado… no hice lo que dicen. No habría tenido el valor —su voz se quiebra al pronunciar un nombre, Ann.

Manuel cierra los ojos como atravesado por un puñal. Al abrirlos, las lágrimas brillan, pero la rabia persiste.

—No digas su nombre. Debes demostrarme que no fuiste tú. Hasta entonces, no me llames hijo.

Sus palabras caen como piedras. Cruz siente el corazón quebrarse, el aliento apagarse y los ojos arder. No derrama una lágrima. Manuel retrocede, baja las escaleras con paso firme y se aleja sin mirar atrás. Cruz permanece inmóvil, conteniendo la respiración.

—Hijo mío —susurra, pero el viento del patio se lo lleva.

En los días siguientes, la presencia de Cruz en el palacio se siente como una chispa en un pajar seco. Cada paso que da por los pasillos, cada estancia que pisa, provoca miradas que oscilan entre respeto, temor y hostilidad. Pero hay alguien que no oculta su desprecio: Leocadia. Desde la vuelta de Cruz, percibe su presencia como una amenaza directa al poder que ha construido poco a poco. Para ella, Cruz debería permanecer tras las rejas para siempre. Sus miradas se cruzan a diario, ninguno cede ni un milímetro.

Durante su primer enfrentamiento en la sala principal, la tensión es palpable. Cruz ordena que el misterioso retrato se coloque en un lugar bien visible: quiere que todos lo vean. Leocadia entra impecable, con una sonrisa maliciosa y segura, colgando los retratos con precisión.

—No necesito sentirme dueña —dice Cruz con firmeza.

—Lo eres, siempre lo has sido, y nada de lo que hagas cambiará eso —responde Leocadia, acercándose mientras sus tacones repican sobre el mármol.

—Lo fuiste siempre —susurra con malicia contenida—. Veremos por cuánto tiempo. Mi tiempo en prisión ha sido productivo. He ganado la confianza de muchos, incluso del marqués, y pronto conquistaré todo lo que alguna vez fue tuyo.

Cruz la mira fijamente, con un helado y calculador sonrisa:

—¿Qué quieres decir exactamente?

Leocadia inclina la cabeza con elegancia y una voz venenosa:

—Alonso nunca estará solo otra vez. El terreno está marcado. La oscuridad se acerca. Necesito a alguien que mantenga firme el control del palacio. Alguien a quien Cruz jamás podría oponerse… y ese rol será mío. Muy pronto, el título de marquesa será mío.

Cruz la observa con ojos incendiados:

—¿Eres solo una invitada molesta? —responde con firmeza—. ¿Crees que algún secreto o chantaje te dará ventaja?

—Nunca.

La Promessa, anticipazioni Spagna: Curro scopre che Manuel ha una tresca  con sua sorella

Esas palabras condensan años de luchas, acusaciones y tensiones en la decadente corte del palacio, un escenario de rivalidades y revelaciones donde cada persona es una pieza de un intrincado juego aristocrático. Leocadia sonríe con sarcasmo.

—Ya danzabas entre las acusaciones, Cruz, y tu hijo Manuel no quiere verte. Lo leí en sus ojos; te odia.

Una herida abierta en el corazón de Cruz, que siente la humillación calar hasta los huesos, pero no cede. Eleva el mentón, la mirada fría y firme.

—Puedes intentarlo cuanto quieras, pero siempre volveré y encontraré la manera de destruirte, Leocadia, de una vez por todas.

Sus palabras resuenan en los pasillos silenciosos. Pia, al pasar, se detiene, tragando saliva. Los sirvientes se miran, expectantes ante la explosión que se avecina.

Al día siguiente, la rivalidad entre Cruz y Leocadia se siente en cada rincón del palacio. Cada comida se convierte en un campo de batalla; Cruz ordena platos que Leocadia critica sin piedad, escrutando cada detalle con tono venenoso. Por la noche, Leocadia convoca a los sirvientes a su sala; los pasillos se llenan de susurros y pasos furtivos que resuenan contra las paredes y los cortinajes de seda.

—¿Crees que tienes algún poder aquí, Leocadia? —grita Cruz una noche, la voz vibrante—. Yo tengo más.

Responde un duelo de palabras punzantes, promesas de venganza y miradas que atraviesan como lanzas. Mientras tanto, Cruz, herida por las duras palabras de Manuel, se niega a rendirse y busca reconquistar a su hijo.

El choque de voluntades ha comenzado, y el palacio nunca volverá a ser el mismo.

Related articles

LA PROMESSA Anticipazioni Puntata 655 – Lunedì 18 agosto: LORENZO e la sua minaccia a CURRO e ÁNGELA #lapromessa

  L’aria nei corridoi de La Promessa è carica di tensione. Dopo un episodio speciale dedicato a ripercorrere i momenti più memorabili di Curro, la storia riprende il suo…

La Promessa: Il Figlio del Peccato e la Vendetta del Colonnello

  Tra le mura de La Promessa, il silenzio non esiste più. Le confessioni e le intrighi ribollono, e ogni angolo della tenuta custodisce segreti pronti a distruggere…

LA PROMESSA: UNA VERITA’ SCONVOLGENTE.. IL FRATELLO SEGRETO DI PRETRA

  ⚠️ Attenzione, qualcosa di sconvolgente sta per accadere alla promessa En los próximos episodios de La Promesa, un elemento inesperado se introduce silenciosamente, pero su impacto promete…

¡PÍA LO REVELA TODO! LA CARTA MISTERIOSA QUE ACORRALA A CRISTÓBAL – LA PROMESA AVANCES

  🌌 La promesa avances: la noche que cambió todo Nadie podía prever que aquella noche se convertiría en un punto de inflexión en La Promesa. Entre miradas…

ENORA TRICKED? TOÑO’S DARK PAST COMES TO LIGHT AND COULD DESTROY EVERYTHING!

  🌙 La promesa avances: la noche que lo cambió todo Nadie podía imaginar que aquella noche cambiaría por completo la dinámica en La Promesa. Entre miradas furtivas…

LA PROMESA – ANTICIPAZIONI 15 AGOSTO: Jana finalmente ritorna e rivela come è sopravvissuta, il segreto spaventa tutti

  Nei prossimi episodi de La Promesa, la calma apparente del palazzo esploderà in una tempesta di rivelazioni, vendette e colpi di scena impossibili da prevedere. Dopo molti…