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Título: “Esa misma mañana, una angustia sofocante”
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Esa mañana, Curro sintió que el secreto que llevaba años ocultando finalmente lo estaba aplastando. Durante tanto tiempo había convivido con la imagen desgarradora de Hann, su hermana del alma, muriendo en sus brazos. La sospecha, la rabia contenida y el dolor lo habían corroído en silencio. Pero el reciente enfrentamiento con el capitán Lorenzo fue el punto de quiebre: ahora su permanencia en La Promesa pendía de un hilo. Con la presión creciente y Lorenzo exigiendo su despido, Curro se dirigió con paso resuelto a la oficina de Pía Aarre, la única que compartía su terrible secreto.
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Allí, entre libros de contabilidad y miradas perdidas, Curro le confesó que no podía seguir callando. No podía dejar que Ángela, cegada por su búsqueda de justicia, ignorase que el monstruo al que investigaba era responsable de la muerte de Hann. Con voz decidida, declaró que revelaría la verdad: Hann no murió de una enfermedad, sino envenenada. El impacto de esas palabras estremeció a Pía, quien, aunque temerosa de las consecuencias, aceptó que había llegado la hora de hablar. Ángela debía saberlo, aunque esa revelación pudiera destruirla emocionalmente. Lo que Curro estaba a punto de hacer cambiaría el equilibrio de todo.
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Mientras tanto, en otra parte del palacio, la tensión tomaba un rumbo distinto pero igual de intenso. Cristóbal Ballesteros, el nuevo mayordomo, enfrentaba la presión directa de Lorenzo para despedir a Curro. Aunque intentó mediar y llevar el asunto ante el marqués, se encontró atrapado en una red de intereses y presiones aristocráticas. Sin poder resolver el conflicto directamente, Ballesteros descargó su autoridad en otro frente: la cocina.
De manera fría y burocrática, ordenó a Petra que despidiera a Lope como cocinero, devolviéndolo al puesto de camarero. Petra, con su deleite por la discordia, fue encantada a cumplir la orden. La noticia cayó como un mazazo en Lope, quien vivía su labor en la cocina como una pasión renovadora. Su desconcierto y dolor fueron inmediatos, paralizantes. Simona y Candela, testigos de la humillación, reaccionaron con furia. Se quitaron los delantales y prometieron luchar, incluso llegar a los marqueses si fuera necesario. La injusticia había encendido una llama de rebelión entre ellas.
Simultáneamente, en los salones nobles, la amenaza tomaba una forma aún más peligrosa. El varón de Valladares regresó como una sombra ominosa, trayendo consigo una lista de 27 nobles que se oponían firmemente a las reformas impulsadas por Catalina y Adriano. Salarios dignos, jornadas reducidas y justicia para los trabajadores eran vistas por la aristocracia como amenazas intolerables.
El varón no dejó espacio para malentendidos: tenían un mes para revertir todas las reformas o enfrentarse a un aislamiento social y económico total. Catalina se quedó sin palabras; Adriano, por su parte, sintió cómo el temor por la seguridad de su familia chocaba con sus ideales. El precio de hacer lo correcto estaba aumentando rápidamente.
¿Logrará Curro revelarle a Ángela la verdad sin perderlo todo? ¿Podrán Simona y Candela revertir la injusticia contra Lope? ¿Cederán Adriano y Catalina ante el chantaje del varón?
Comenten abajo: ¿Qué creen que pasará ahora que las verdades comienzan a salir a la luz y las alianzas se tambalean? ¿Vendrá justicia o se impondrá el poder?