⚠️ SPOILER | La Promesa: “Petra no olvida… y Leocadia lo pagará”

En el siguiente capítulo de La Promesa, se avecinan vientos de tensión, venganza y justicia silenciosa en los pasillos del Palacio de los Luján. La señora Petra Arcos, tradicionalmente dura y temida, podría estar preparando su regreso más letal, motivada por la humillación pública que ha sufrido a manos de Leocadia de Figueroa, la autoproclamada “reina madre” del palacio.

La situación se vuelve insostenible cuando Leocadia impone su autoridad con arrogancia: desprecios constantes, despojo de funciones y, finalmente, la incorporación del nuevo mayordomo Cristóbal Ballesteros, quien ha degradado a Petra de manera humillante. La dignidad de la señora Arcos está por los suelos, y con ella se despierta una antigua sed de revancha que, en su caso, no se expresa con gritos, sino con movimientos silenciosos y estratégicos, como ya lo hizo en el pasado con doña Cruz.

Aunque Petra había mostrado indicios de redención desde la llegada del padre Samuel, preocupándose por otros, rompiendo reglas para ayudarlo y mostrando una cara más humana, los últimos acontecimientos amenazan con revertir esa evolución. Su intento de contactar al obispado utilizando el teléfono de los marqueses, para averiguar sobre Samuel, podría costarle caro si Leocadia se entera. Y por desgracia, Cristóbal la descubre justo en ese acto.

¿Está Petra a punto de pagar por su osadía o este es el inicio de su venganza? Porque si algo caracteriza a Petra Arcos es su capacidad de aguantar… hasta que ya no puede más. Las afrentas de Leocadia, lejos de intimidarla, parecen estar esculpiendo su próximo plan. No olvidemos que en el pasado Petra fue capaz de desmantelar el imperio de doña Cruz desde las sombras, moviendo los hilos con una frialdad escalofriante. Y ahora, cuando Leocadia le ha quitado voz, respeto y lugar, podría estar a punto de repetir la historia, con nuevas víctimas.

El interrogante está servido: ¿Petra será víctima o verdugo? ¿La influencia de Samuel será suficiente para frenar su lado más oscuro? ¿O su necesidad de justicia tomará el control? Lo cierto es que en La Promesa, las heridas no siempre sangran, pero nunca cicatrizan del todo. Y cuando se trata de Petra, la venganza es cuestión de honor… y de tiempo.

En resumen, Leocadia debería empezar a mirar dos veces antes de caminar por el palacio, porque Petra no solo conoce todos sus pasillos, también conoce los secretos que los habitan. El juego ha comenzado.