El alma de La Promesa se pone a prueba cuando el pasado regresa, el futuro amenaza y el presente estalla en llamas. Prepárate para una semana de fuego, lealtades rotas y conspiraciones que sacudirán el corazón del palacio.
La calma en La Promesa es solo aparente. Tras la emotiva partida de Rómulo, el veterano Ricardo acaricia por fin su sueño de convertirse en mayordomo jefe. La chaqueta que reposa sobre su silla simboliza no solo un ascenso, sino el reconocimiento a toda una vida de servicio. Sus compañeros lo apoyan, y las doncellas incluso le han hecho ese regalo simbólico que llena de esperanza sus días. Pero lo que parece un futuro prometedor, pronto se tiñe de sombras.
En medio de esa aparente armonía, el diamante desaparecido “Lágrima de Andalucía” resurge en una subasta clandestina. Curro, Vera y Pía saben que esto no es coincidencia: la joya está relacionada con la desgracia de la familia de Curro. La decisión es clara: infiltrarse en la subasta en Madrid para descubrir la conexión con el Barón de Valladares y desentrañar el pasado oscuro que los persigue.
Sin embargo, una nueva amenaza se cierne sobre Ricardo. Leocadia, la gobernanta, ha movido sus piezas en silencio. Llega Cristóbal Ballesteros, un mayordomo frío, calculador y perfectamente alineado con sus intereses. Aunque se presenta como un simple candidato, es evidente que su arribo ha sido preparado. Leocadia y Cristóbal no solo son cómplices, sino primos con un plan: derrocar a Ricardo y tomar el control estratégico del palacio. Para ellos, La Promesa no es un hogar, sino una empresa que puede monetizarse… y controlar.
El golpe emocional para Ricardo es devastador. El respeto ganado durante años se ve cuestionado por la eficiencia empresarial de Cristóbal, que recorre el palacio con mirada crítica, cuestionando protocolos, recursos y gestión. La plantilla se divide: unos miran con temor reverente al recién llegado, otros aún creen en Ricardo, pero el veneno de la duda ya ha sido inoculado. Leocadia y Cristóbal inician una campaña silenciosa de sabotaje: retrasan entregas, manipulan mensajes, y hacen parecer que Ricardo pierde control.
Mientras tanto, en los hangares, Enora brilla con luz propia. Su talento en mecánica, hasta ahora oculto bajo la sombra de Toño, deslumbra a Manuel. El marqués, fascinado, le promete un lugar de liderazgo en su equipo. Es una victoria silenciosa para una mujer que ha luchado contra el prejuicio con talento puro.
Pero no todo es luz. El Barón de Valladares, nuevo arrendatario de tierras clave de la finca, llega con un aura amenazante. Sus planes económicos van en contra del modelo sostenible de Catalina y Adriano. Propone talas indiscriminadas y monocultivos agresivos. Cuando recibe resistencia, deja caer una amenaza velada: el contrato le da autonomía y no dudará en usar abogados para imponer su visión.
La batalla también se libra en Madrid. Curro y Vera, con trajes prestados y una historia inventada, logran entrar a la subasta. Entre perfumes caros y miradas arrogantes, reconocen a un hombre clave: uno de los dueños de Joyerías Llop, conversando con el Barón de Valladares. La conexión está confirmada. El diamante maldito, la joya por la que tantas vidas fueron arruinadas, está ahí, y con él, la evidencia del pasado turbio que puede acabar con la fachada del Barón.
Pero justo cuando la tensión crece en todos los frentes, la tragedia golpea. Un incendio arrasa los hangares. Las llamas iluminan la noche mientras todos corren a contener el desastre. En medio del caos, Ricardo demuestra una vez más su temple: organiza, dirige, salva vidas. Mientras Cristóbal desaparece entre el humo, Ricardo se planta como el verdadero líder de La Promesa. Su corazón late por el lugar, no por su ambición. Esa noche, muchos comienzan a recordar quién es realmente el hombre digno del cargo.
En paralelo, Vera y Curro, al regresar de Madrid, comienzan a armar un informe con las pruebas recogidas. Saben que la lucha no ha terminado, pero ahora tienen armas. La conspiración de Valladares y Leocadia no podrá esconderse por mucho más tiempo.
La tensión entre Leocadia y Ricardo llega a un punto crítico. Ella, junto a Cristóbal, acelera su plan: sembrar la imagen de un Ricardo incompetente, obsoleto, incapaz de adaptarse a la nueva era. Pero no cuentan con la resistencia que él aún tiene. Jana, con la ternura de quien ha crecido bajo su protección, le recuerda su valor. “Tú no ves ladrillos, Ricardo, ves personas. No dejes que su veneno te cambie”.
Mientras tanto, la relación entre Curro y Ángela se pone a prueba. Él, consumido por la venganza, lucha por mantener el equilibrio entre el amor y la justicia. Ángela, con firmeza, lo apoya, pero también teme perderlo en el proceso. Enora sigue ganando espacios. Manuel le entrega la responsabilidad de proyectos clave, y ella comienza a hacerse respetar en un mundo que no estaba listo para verla brillar.
Finalmente, Cristóbal revela su verdadera intención: utilizar su nuevo puesto para devolver prestigio y poder al apellido Ballesteros. Con el Barón como aliado y la gestión de Leocadia, planea eliminar a Ricardo definitivamente. “Y si no comete un error… se lo crearemos”, sentencia.
La semana termina con La Promesa en ebullición. El fuego ha dejado más que cenizas: ha revelado lealtades, traiciones, y ha dejado claro que la guerra por el alma del palacio apenas comienza.
🔻 No te pierdas el próximo episodio de “La Promesa”
🔥 ¡Lealtad contra ambición!
💎 Un diamante perdido, un incendio inesperado y un mayordomo traicionado
👀 ¿Quién se quedará con el control del palacio?