Un nuevo personaje ha llegado a La Promesa para dar caza a Lorenzo y agitar las cosas en el palacio de la familia Luján
La calma aparente en el palacio de los Luján se ve sacudida por la irrupción de una figura que promete cambiarlo todo: el coronel Fuentes. Su llegada no solo ha removido viejas tensiones, sino que ha puesto nerviosos a muchos, aunque nadie tan inquieto como el capitán de la Mata, que se encuentra al borde de perderlo todo. El motivo de su preocupación no es menor: el oficial parece traer consigo una misión muy concreta, y todo apunta a que Lorenzo está en el centro de su objetivo.
Quien más ha movido los hilos para esta entrada en escena ha sido Curro. Él, decidido a ajustar cuentas con Lorenzo, fue quien buscó al coronel para que se convirtiera en su herramienta de venganza. Desde entonces, permanece atento a cada movimiento en la planta noble, esperando que su plan dé frutos.
Mientras tanto, Manuel empieza a atar cabos sobre las verdaderas intenciones de Leocadia. Aunque ella insiste en su inocencia y niega haber manipulado la situación para hacerse con el control de su empresa, las sospechas del hijo de Alonso se intensifican. Pronto descubre una maniobra que considera deshonesta: ocultarle deliberadamente el éxito económico de su negocio para convencerlo de aceptar su inversión y cederle parte de la propiedad. La confrontación no tarda en llegar. Manuel exige explicaciones, pero Leocadia se aferra a que todo fue un malentendido.
El conflicto escala cuando Alonso se entera de lo ocurrido. En lugar de ponerse del lado de su hijo, decide reprenderlo por su dureza con Leocadia, recordándole todo lo que ella ha hecho por La Promesa. Lo visita en el hangar para dejarle claro que su actitud no le parece justa, algo que genera aún más división familiar.
En otro rincón del palacio, Toño y Enora viven un momento muy distinto: su relación sigue fortaleciéndose. Sin embargo, Toño no puede evitar sentir que Manuel no aprueba su romance, creyendo que piensa que Enora no debería fijarse en alguien como él. Esta percepción, alimentada por sus propias inseguridades, amenaza con empañar su felicidad.
En el ámbito social, Catalina consolida su compromiso con la justicia tras recibir muestras de gratitud de sus trabajadores. Este gesto, aunque noble, aviva tensiones con Adriano, Jacobo y Martina. Su franqueza la lleva incluso a un enfrentamiento con el coronel Fuentes cuando declara que no le gustaría que el pequeño Andrés siguiera la carrera militar.
El coronel, lejos de ser recibido con simpatía, ha sembrado incomodidad. Ángela, profundamente decepcionada con Curro, lo acusa de traicionarla por haber llamado al coronel sin decírselo. Lorenzo, por su parte, siente que la sombra de la amenaza se cierne sobre él: sospecha que el motivo real de la visita de Fuentes es desenmascarar sus negocios oscuros, y no se equivoca. El oficial está tras la pista de una operación turbia que, de confirmarse, podría enviarlo directo a prisión.
En esta trama, Pía observa con preocupación el papel de Ángela, pues es la única con acceso a documentos clave que podrían incriminar al capitán de la Mata. Aunque Curro asegura que su plan no pondrá a la joven en peligro, la tensión es palpable.
En la zona de servicio, la preocupación se centra en Vera, cuya fragilidad emocional se hace cada vez más evidente. Los recuerdos de su familia parecen afectarla profundamente, y Ope, en especial, teme por su bienestar. A la par, Petra y Cristóbal protagonizan un enfrentamiento debido al regreso de Samuel a La Promesa, una vuelta que no es como muchos esperaban. María, en particular, se siente herida al descubrir que, pese a su regreso, Samuel sigue comprometido con su vocación sacerdotal, truncando así cualquier esperanza que pudiera haber alimentado.
La vida en el palacio se complica aún más con las decisiones de Martina, que opta por separar su parte de la finca, mientras Alonso pierde poco a poco el control de los múltiples frentes que se le abren. Cada personaje parece arrastrar su propio conflicto, y las tensiones se entrecruzan en un escenario en el que cualquier paso en falso podría desencadenar un escándalo.
Y mientras todo esto sucede, la programación también sufre cambios. La próxima semana, la serie regresa a las tardes de La 1 con cuatro nuevos capítulos, aunque la emisión del viernes 15 de agosto quedará suspendida debido al festivo nacional. Además, el martes 12, a las 19:00 horas, la cadena emitirá el partido entre el Real Madrid y el WSG Tirol, lo que podría acortar el episodio previsto para ese día.
Los avances exclusivos que llegarán del 11 al 14 de agosto prometen más revelaciones:
- Manuel y Leocadia seguirán enfrentados, sin que él se deje engañar por su versión.
- Lorenzo vivirá con el miedo constante de que el coronel descubra toda la verdad.
- Curro continuará moviendo piezas, aunque las consecuencias de sus actos podrían costarle la confianza de Ángela para siempre.
- Catalina seguirá en su lucha por la justicia social, a riesgo de chocar con todos los que no comparten su visión.
- Toño y Enora tratarán de consolidar su relación frente a prejuicios e inseguridades.
- Vera deberá enfrentar sus fantasmas internos antes de que la situación se deteriore.
- María tendrá que aceptar que Samuel no abandonará la sotana.
En definitiva, la llegada del coronel Fuentes no es solo un cambio de aire en La Promesa: es una sacudida que amenaza con exponer secretos, destruir alianzas y obligar a cada personaje a tomar decisiones que podrían cambiarlo todo. La próxima semana se perfila como un punto de inflexión en la historia, con capítulos que prometen más tensión que nunca y donde cada gesto, cada palabra y cada silencio tendrán un peso crucial.